Pensamientos inconexos II

Antes de nada disculpad el retraso... no sé qué me pasa últimamente que no saco tiempo para estas cosas (por suerte la madrina y la mamá me meten la presión necesaria para que no deje de lado este cajón desastre).

Esta mañana viniendo al trabajo venía pensando qué contenidos podía incluir en el siguiente artículo y me han venido a la mente diversos temas sueltos que no sabía muy bien cómo enlazar...asi que blanco y en botella, vamos con la segunda parte de Pensamientos Inconexos:

- Mi hija ha empezado a apreciar los balones. Por favor, a todos aquellos que os vendí pelotas a 6 euros ahora os las recompró por 12, vamos que me ha salido cara la afición. Ahora en serio, se ha tratado de una inversión un tanto extraña: 2 balones de Ikea, 1 de Imaginarium, 1 de Decathlon y 1 de Carrefour... y ahora necesita los balones como si fueran su tesoro particular. Una satisfacción personal para un padre cuya frustración al respecto empezaba a convertirse en una espina clavada.

- Ana, con un año y 1 mes no sabe decir apenas ninguna palabra. Tan solo sabe soltar "hola", "papa" y "luz". Sin embargo sabe imitar a la vaca, al perro, al conejo y, lo más llamativo, a los peces... ¿¿¿???. Tenemos que plantearnos qué estamos haciendo mal.

- Por cierto, a esta niña le da por saludar a todo el mundo que pasa por la calle, especialmente a los hombres y mujeres con barba. Les sonríe desde el primer contacto visual y cuando se cruzan y parece que se va a quedar la cosa en una simple sonrisa, alza la mano y dice un ¡hola!. Así escrito puede sonar simpático, pero cuando vamos de paseo nos toca saludar a una media de 15 desconocidos... me está socializando a la fuerza esta niña.

- Hace poco hemos descubierto el "universo" parque: con sus columpios, toboganes, balancines, papás, mamás y niños. El primer día que entramos Ana empezó a lanzar gritos de alegría y cuando menos lo esperábamos estábamos rodeados de niños y niñas que llamaban a Ana por su nombre... ¿qué me estoy perdiendo en la vida de mi hija? Resultó que eran niños mayores que van a la misma escuela que Ana... madre mía, eso se avisa, ya estaba pensando que mi hija llevaba una doble vida.

- Llevamos tiempo sin noticias de la prima Carlota y Ana la echa de menos. Carlota tronca, si lees el blog y te has sentido molesta en algún momento, lo siento, no se trataba de nada personal, en serio.

- Ana ha empezado a dar sus primeros pasos sola. Nos encontrábamos en el pueblo, la niña estaba de pie apoyada en la mesa del salón cuando en un instante imperceptible se soltó y caminó hasta el mueble de la televisión. La emotividad del momento nos desbordó y de los ojos de su madre empezaron a brotar lágrimas... yo no sabía con qué show quedarme.

- Ha pasado una semana desde entonces y Ana ha afianzado con sorprendente velocidad sus conocimientos en desplazamiento vertical. Quizás los ha afianzado demasiado rápido... ¿ningún padre se ha arrepentido de que su hija haya aprendido a andar? Con lo tranquilo que estaba yo con sus seguros movimientos horizontales.

- El domingo por la tarde veo el lunes como el paraiso laboral donde un servidor puede desconectar de la ajetreada vida paternal. Sin embargo el lunes a mediodía tengo unas ganas importantes de ver a Ana... estoy emocionalmente confundido.

Y ya!