En ocasiones me gusta pensar que la vida son instantes... al menos en lo que a la felicidad se refiere. No soy de los que piensa que la felicidad se pueda cuantificar en días o meses o que sea el fin u objetivo de todo ser humano, lo veo de un modo mucho más concreto, creo que la vida la podríamos resumir en un centenar de pequeñas vivencias y que lo importante es haber sido consciente de todas y cada una de ellas.
Cuando hablo de vivencias no me refiero a temas tan trascendentales como el día de tu boda o el del nacimiento de tus hijos, que también, sino de esas pequeñas cosas que te lleven a pensar que la vida merece la pena.
Se me ocurren muchos momentos en los que Ana me ha hecho pensar que todo lo que sacrificamos por ella tiene sentido. Desde un abrazo sin otro fin que dártelo, una sonrisa cómplice cuando le ofreces a escondidas un dulce antes de cenar o sencillamente entrar en su habitación y observar cómo duerme a pierna suelta...
Pero tampoco quiero quedarme, al menos esta ocasión, sólo con los momentos de felicidad que, de forma inconsciente, nos brinda Ana.
Hoy he pasado la tarde rodeado de amiguetes, un poco de deporte, baño en la piscina y charla divertida y relajada en el porche. A las 12 de la noche, de vuelta a casa por una carretera de La Coruña vacía de coches, Fito decide acompañarme con su tema Acabo de llegar y me recuerda que la vida es algo que hay que morder... en ese momento saboreo la tarde, repaso lo simple que ha sido ser feliz, aunque sólo haya sido por un instante... Pero la vida son eso: instantes.
Genial/Sin comentarios.
ResponderEliminarQué grande!!!! de acuerdo de la "a" a la "z"
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