sábado, 12 de marzo de 2011

Preguntas sin respuesta... o de respuesta tardía.

Existen preguntas sin respuesta, o al menos, ésta se remonta tan lejos en el tiempo que se nos olvida el porqué de ciertas cosas.

Un servidor ha atesorado varias de estas preguntas a lo largo de los años, y es ahora, cuando menos lo esperaba, cuando he obtenido algunas respuestas. Concretamente ha sido Ana, quien a sus 11 meses y sin articular palabra, ha sido capaz de darme los porqués a cuestiones profundamente inquietantes:

1. ¿Porqué los adultos, los padres y abuelos más concretamente, se despiertan siempre tan pronto? Esta cuestión ha rondado siempre mi cabeza, mis padres se han levantado siempre no más tarde de las 9 de la mañana, ya sea sábado, domingo, puente, se hubiesen acostado el día anterior a las tantas o se hubiesen ido pronto a la cama...a las 08:30 ya se les oía zascandirrear por casa. - ¿Para qué os levantais tan pronto? - Para aprovechar mejor el día -... mmm... ¿en serio?, no lo ví claro nunca, pero al fin y al cabo era un problema suyo y no mio.

Ahora es Ana quien me ha dado la respuesta al enigma: cuando uno se convierte en padre, de forma "cuasivoluntaria", se levanta los fines de semana a las 07:30... básicamente porque tu hija así lo decide. Nosotros llevamos 11 meses con este ritmo y por lo que observo en algún que otro amiguete, puede durar varios años... joder, el cuerpo se acostumbra a ese ritmo, y cuando tu hijo consigue dormir más tiempo por las mañanas tú ya estás por la labor de "aprovechar más el día".

2. Mi madre siempre se comía y se come los restos de la comida, cena o desayuno por muy mal aspecto que tuviesen. De nuevo me asaltaban dudas: ¿cómo puede comerse eso teniendo en el frigo comida del día mucho más apetecible?.

Ana ya ha empezado a comer alimentos más o menos sólidos: galletas, pan, plátano... evidentemente más que comer, lo que hace es jugar con ello. Lo babea, mastica, lo tira al suelo, se lo pasa por el pelo... y cuando ya no lo quiere te lo da. Y en esas me veo yo, con un cacho de pan o galleta que nada tiene que ver con la forma original del alimento (la mugre y las babas se distribuyen a partes iguales). Si estás en casa se te puede pasar por la cabeza tirarlo... sin embargo, te surge un instinto desconocido hasta la fecha que te impulsa de manera irrefenable a comérte ese despojo alimenticio..., dicho y hecho. Vaya un ascazo, pero como es de tu hija aguantas el tirón. Claro, un filete empanado de ayer, en comparación con el cacho de galleta reblandecida, con pelos y babas de mi hija, es un manjar digno del Bulli de Adriá... y al final el rompecabezas vuelve a encajar porque Ana te ha dado la pieza que faltaba.

3. Y una última pregunta es... ¿porqué mis padres se han ido tan pronto a la cama o se han dormido viendo la serie en el sofá?

Os aseguro que vuestro hijo también os dará la respuesta a esta pregunta, pero os dejo que la comprobeis vosotros mismos.

2 comentarios:

  1. A mi también me impresionaba que mi madre nunca se olvidase de darme la medicina, era las 5 de la madrugada y ahí estaba con el vaso de agua con clamoxil.

    Y ¡siempre se acordaba de los días que tenía gimnasia (chandal preparado), carnaval (disfraz preparado), navidad (atuendo de pastorcilla o angelita preparado), música (flauta preparada)!.

    Ahora que soy mamá lo entiendo todo ¡aún así ella era una crack!

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  2. Mi madre se sigue comiendo las sobras y eso que mi hermana y yo tenemos más de 30 tacos. No se si yo seré capaz de seguirle la estela.

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