domingo, 1 de octubre de 2017

Nos vamos a Canadá: Etapa 1 ¡Montreal! (2ª parte)


Lo normal con esto del jet lag es que el segundo día te despiertes a las 5:00 de la mañana (como muy tarde), sin embargo este hecho arroja su parte positiva: tienes la oportunidad de aprovechar el día al máximo.


¿Os hablé mal de la gastronomía local?, pues como en todo en la vida hay excepciones: Eggspectation es un restaurante cerca del hotel, en pleno barrio de Quartier des Spectacles, que nos sirvió de centro de planificación turística los 3 días que estuvimos en Canadá . Sirve desayunos con los huevos como base de la carta y, aunque no sea barato, va a ser la mejor comida calidad/precio que probeis en Montreal. Concretamente el "Bravocado" con queso, huevos, aguacate, fruta recién cortada y patatas es "eggspectacular". Si a eso le sumas un zumo de naranja y un café ya llevas el depósito del combustible lleno para el resto de la mañana.


La mañana la dedicamos a visitar el Mont Royal y el Oratorio de Saint Joseph. El autobús número 11 cruza el parque parando en varios puntos de interés, si bien la parada obligada se encuentra en el chalet Mont Royal y su mirador. Sencillamente es sobrecogedor, podríamos pasarnos allí toda la mañana observando las vistas del skyline y el río San Lorenzo. 

Desde allí salen decenas de recorridos a pie, podrás elegir desde las rutas más exigentes a sencillos paseos para los más pequeños. En nuestro caso, teniendo en cuenta que los little tienen 3 y 7 años, optamos por un camino que atraviesa un bosque desde el mirador hasta el lago de los castores. En el mismo Mont Royal se ubica el cementerio, que aunque suene muy tétrico no lo es tanto... los cementerios de norteamérica tienen un rollo distinto a los españoles. Las lápidas salen de la hierba y se integran dentro del mismo bosque dando un aspecto mucho más ¿"natural"?... no sé, desde luego es mucho más llevadero.

Muy cerca del lago de los castores podéis coger un bus (linea 711) que os llevará directamente al Oratorio de Saint Joseph... qué deciros de este lugar! Se trata de una obra de dimensiones extraordinarias pero carente del encanto de otros templos religiosos que conservan "la bonitez" de los siglos. Eso si, resulta muy curioso el interior del templo... para subir a lo alto del Oratorio puedes hacerlo con multitud de escaleras mecánicas dentro de la iglesia, no deja de ser muy curioso ver tanta escalera mecánica en una iglesia. Desde arriba las vistas también merecen mucho la pena.
A la vuelta, camino del hotel, entramos en la ciudad subterránea de Montreal y la verdad es llamativo comprobar que existe una ciudad completa bajo tierra que es utilizada en invierno cuando las inclemencias meteorológicas azotan a los residentes del lugar. Además del metro, lógicamente, encontrareis tiendas, restaurantes, centros comerciales, zonas de ocio e incluso hoteles. Particularmente decidimos parar a comer en una de las plazas de dicha ciudad subterránea donde había más de 20 restaurantes de todas las nacionalidades imaginables y un espectáculo de agua y sonido que hizo que a los niños se les hiciera más llevadera la comida.

La tarde la dedicamos a pasear por el barrio chino y los alrededores del Ayuntamiento. El barrio chino no deja de ser tres calles próximas al Old Montreal pero muy llamativas por el contraste cultural en un espacio tan reducido. Si te pilla de paso no dejes de acercarte por alli... si es por la noche podrás apreciar mejor el contraste del que hablaba anteriormente.

El Ayuntamiento, u Hotel de Ville como le dicen allí, es un edificio del siglo XIX de grandes dimensiones y bastante bonito arquitectónicamente. Por la noche lo iluminan y queda muy chulo.
Con el tercer día decidimos cubrir las necesidades de ocio de los niños y, siempre que fuese posible las de los adultos. Unas pocas paradas de metro y nos plantamos en el Biodome y el Jardín Botánico.


El Biodome no deja de ser un zoológico situado en las antiguas instalaciones del velódromo del recinto olímpico de Montreal 76. Toda la zona olímpica merece la pena por el simple hecho de conocer las infraestructuras que quedan de aquella época y si a eso le puedes sumar una visita al zoo pues el plan sale redondo. Si vamos más al detalle os puedo concretar que no es un zoo al uso sino una recreación de 4 ecosistemas existentes en América: selva amazónica, polos norte y sur, golfo de San Lorenzo y bosque quebequés. Los chicos se lo pasaron increíble aunque también os puedo adelantar que cualquier ticket o entrada relacionados con el ocio canadiense tiene un coste bastante elevado. 

Aprovechando que estábamos allí decidimos sacar una entrada doble que incluyese también la visita al Jardín Botánico de Montreal. Sencillamente el sitio es una pasada, y puedes dedicarle todo el tiempo que quieras/tengas. Jardines japoneses, chinos, insectarios, bosque canadiense, rosaleda, lagos, estanques...

La tarde la dedicamos a volver al mirador de Mont Royal para ver el atardecer desde allí. Es un atardecer único y la estampa del Skyline iluminado será tu fotografía preferida de Montreal.

Y hasta aqui lo que puedo contaros de Montreal... en el siguiente post hablaremos de cómo funciona el alquiler de coches en Canadá y nuestro periplo desde Montreal hasta la capital del país: Ottawa.

3 comentarios:

  1. Muy bueno. Con estos comentarios y leyendo tus experiencias dan ganas de viajar a Montreal.

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  2. El biodôme es un centro de interpretación genial ^^

    y, ay, la comida! yo que soy muy de desayunar todo el día estaba feliz con los brunch en le plateau, los sandwiches de las combinaciones más curiosas, las paradas técnicas en second cup... y casi muero con el pouding chômeur au sirop d’érable! si cierro los ojos puedo recordar su sabor, pero me sube la glucosa de solo pensar en él! xD

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