lunes, 11 de abril de 2016

Hola, soy Ana y tengo miedo



Hola soy Ana y pasado mañana cumplo 6 años. 

Os escribo para confesaros que tengo miedo, sobre todo al pasillo de mi casa… donde me esperan lobos y monstruos con la peor de las intenciones. Mis papás se han dado cuenta y, aunque el disimule es mi especialidad, me pillaron tras varios días sin moverme del salón. 

Muchas veces “engaño” a mi hermano para que venga conmigo, al fin y al cabo, el mote de niño Tractor lo tiene por algo y es que es muy bruto. Si nos encontráramos un monstruo de 6 cabezas seguro que Dani lo apartaría de un manotazo. Y, en el peor de los casos, se lo acabarían comiendo a él que tiene aún mucho de lechal.  Yo lo siento, pero en toda guerra hay daños colaterales que debemos asumir, eso es así.
Mi papá, que físicamente no es el hombre tractor, pero que mentalmente podríamos llamarle el niño melón, intentó razonar conmigo en plan padre sarcástico-ejemplarizante:

Papá: Vamos a ver Ana, ¿de qué tienes miedo?, es de día y aquí no estamos más que nosotros cuatro.

Yo: de los lobos.

Papá: Ah, ya… ¡pero si en casa no hay lobos! Vamos a ver, ¿tú crees que los lobos tienen llaves para entrar al portal?, ¿que tienen capacidad para llamar al telefonillo, para subir las escaleras o para llamar al ascensor? Obviamente no, así que no tienes por qué preocuparte.

Yo: ¡pues yo he visto señoras que enseñan a los lobos a llamar al ascensor!

No sé qué le pasó a mi padre tras mi último comentario que casi se cae al suelo de la risa; yo creo que no es consciente de lo escalofriante que es ver a una señora mayor enseñando a un grupo de lobos pulsar el 5º.

Luego por la noche me llevó a la cama y volvimos a hablar del tema… que vaya ocurrencias tiene el Muy, ponerse a hablar de mis miedos cuando la noche penetra por mi ventana a lo amenazante.

Yo: oye papi, ¿si viniera un monstruo a comernos tú me defenderías?

Papá: claro cielo, me pegaría con él y le daría un palizón que no se le iba a ocurrir nunca más venir por casa.

Yo: ¿tú puedes contra un monstruo?

Papá: ¡pero si yo estoy super fuerte! Yo por ti me pego con quien haga falta, tú no te preocupes.

Durante unos instantes pensé en la conversación que acabábamos de mantener y le miré de arriba abajo… como venga un monstruo a mi padre se lo ventilan rapidito.

Yo: no me lo creo papi.

Pobrecillo, me duele que se vaya cabizbajo porque le quiero millones de trillones, pero hay que reconocer que la fortaleza física no es su punto fuerte. 

Al día siguiente el Muy se fue a correr y al regresar a casa parecía que volvía de la guerra. Yo creo que le ha afectado un poco mi comentario, pero me alegro de que haya tomado la decisión de prepararse para la batalla final que se avecina contra los monstruos-lobos. Yo no quiero que a mi papá se lo coman… porque si no, ¿quién nos iba a hacer de comer en casa?.

11 comentarios:

  1. Pues el presidente de esa comunidad de vecinos debería hacer valer su potestad para sancionar o expulsar a las vecinas que suben en el ascensor en compañía de lobos.

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    1. El presidente de la comunidad, un servidor, considera que hay vecinas más peligrosas que los propios lobos... pero de eso ya se dará cuenta Ana con el paso de los años.

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  2. mi recomendación es que adopten a un bebé lobo, si lo lleva a todas partes los lobos grandes no la atacarán, al contrario, se harán sus amigos.

    conmigo funcionó, de pequeña tenía un amigo vampiro ^^U

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    1. Mmm, un bebé lobo está muy bien pensado. Por el cumpleaños de la muy se pidió un zorrito de peluche que bien podría hacer esa función. Tomo nota.

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  3. yo creo que ana necesita un spray antimonstruos. Echas un poquito antes de ir a dormir y arreglado :D

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    1. y ya que estamos aprovecho para sugerirlo como manualidad para tu socia pipa ;D

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    2. Genial Bego, te aseguro que tomo nota y ya está tardando Ele en montar ese invento, me parece buenísimo.

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  4. Nosotros también somos de la Cofradía del Spray Antimostruos. De echo, la fórmula secreta (eficacia probada) se la inventó mi hija mezclando varios líquidos que encontramos por ahí (nada peligroso). Según ella, la fórmula creada hace que los monstruos se vuelvan buenos y, como ya no asustan, se tienen que ir a su casa.
    También me funcionó en una ocasión llamar por teléfono a los padres de los monstruos y decirles que hicieran el favor de decirles a sus hijos que no eran horas de estar en casa de nadie, y menos asustando.
    ¡Muy divertido el post!

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    1. Ostras, no sabía que con este post iba a recibir tantas y tan buenas ideas. Tomo nota y el comodín de la llamada es algo que tendré usar en breve. Gracias por pasarte y por tu comentario Manu!

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  5. Jajajajajajaja, primero permíteme que me ría del post, del tono, no de los miedos de Little Ana.
    Siento no poder ayudarte, por aquí todavía no hemos llegado a la etapa de los miedos, espero que los consejos que Fran, Bego y los demás te han dado funcionen.
    Feliz semana de cumpleaños, en plural.
    Besos

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    1. Muchas gracias Irene, el tono del post es el que entiendo que escribiría mi hija de esta situación. de hecho en sus pesadillas todos los monstruos se comen a sus padres... en su fuero interno cree que sus padres son unos blandos.

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