miércoles, 15 de mayo de 2013

Alma de feria...

Cuando era pequeño pasaba parte de los veranos en casa de mi abuela, en Guadalajara. Justo antes de regresar a Madrid, para comenzar el colegio, era la semana de fiestas en la capital de la alcarria. El mejor momento del año: carrozas, concursos de pintura infantil, fiesta de la espuma y, por encima de todo, estaba la feria



Bajábamos al atardecer y, a medida que nos acercábamos, el volumen de la música de David Summers iba en aumento, se apreciaban los olores a churros, a panceta, a encurtidos, el humo de las parrillas daba esa atmósfera especial que hacía de aquello el paraíso de cualquier niño de 4 ó 5 años. Por último, entraban en escena las luces: rojas, verdes, amarillas... las había fijas, algunas parpadeaban de forma consciente y otras de manera involuntaria y decadente. Ese era el momento y el lugar del año, no había otra etapa más feliz.


Hoy tengo 34 años y una hija con 3 años recién cumplidos. 

En Madrid estamos en fiestas: San Isidro. Al lado de casa han puesto una feria y las sensaciones no han cambiado prácticamente en 30 años: la atmósfera sigue cargada por los olores y el humo de los puestos de comida ambulante, el repetitivo y melancólico tono de voz de los "tomboleros" ha sido heredado por las nuevas generaciones, los Hombres-G ya no suenan... ahora es un tal Pitbull y el algodón de azúcar sigue siendo el rey edulcorado del recinto.

Sin embargo hay una cosa que ha cambiado para siempre en la feria: little Ana, mi niña. Veo los ojos con los que observa el espectáculo de luz, sonido y olor y no puedo evitar tener una mezcla de melancolía y orgullo. Ana ya monta en el Tío-Vivo, en el castillo hinchable y en la montaña rusa infantil, definitivamente ha salido más valiente que yo, que por otro lado es fácil. 

Ver a mi hija sonriendo y saludándome, mientras pasa a mi lado en el coche de la feria, es uno de esos momentos especiales, un nudo aparca en mi garganta y me doy cuenta que instantes como ese hacen que la vida merezca la pena.


15 comentarios:

  1. Si la nostalgia es positiva significa que los tiempos pasados fueron buenos...

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  2. Antes de seguir leyendo, sólo con las primeras frases tenía ya pensado como comentar. Diciéndote sufre mamón, ya que te fuiste a Venezia con un fiesta blanco, no me lo pidas: devuélveme a mi chica...
    Es lo que tiene haber visto las dos pelis que hicieron. Sí, las dos...

    Pero luego, es precioso ver como los peques poco a poco van haciendo aquellas cosas que tú también hacías. Te vienen recuerdos y te transporta a aquellos momentos de despreocupación total, en los que lo más importante era si merendabas pan con chocolate, o chocolate con pan.

    Salu2

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    1. Moisés, cada vez tengo más alto en mi escala de tipos a seguir... ¿has sufrido las dos películas de Hombres-G? Lo tuyo es paciencia y no lo del Mahatma Gandhi, ese.

      Por cierto, he echado un ojo a tu Facebook para analizar las canciones de tu vida y son de los más variopinto, te vigilo de cerca...

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  3. y yo daría lo que fuera porque me dejaran subirme al castillo hinchable o al tiovivo (pero no de pie como van los padres, sino sentada en el coche de bomberos o algo así) con ellos. ¿no sería genial?

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    1. Bego, yo creo que más de una vez miramos con ojos golosos las camas elásticas pensando: "yo creo que si me subiese podría hacer un salto mortal de esos".

      jeje, cuánta razón tienes mujer, aunque también es seguro que si montamos en el castillo hinchable con nuestros pequeños acabaríamos echándoles pasados unos minutos para disfrutar de toda la atracción para nosotros solos.

      Creo que voy a montar un negocio de hinchables para adultos donde el feriante es el que cuida a los pequeños mientras nosotros difrutamos.

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    2. Sssh... esas ideazas déjalas para casa, que las patentamos y nos forramos :-D

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    3. siiiiiií, jajajaja, ¿cómo sabes lo de las camas elásticas? yo estoy convencida de que aún podría hacer la volvereta el aire jajajaja

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    4. Yo también quiero subir así que ya estas tardando :) precioso el post!

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  4. Pues qué bien ser capaz de nuevo de meterse en la piel de un niño... A los mayores se nos olvidan tantas cosas... Un saludo!!

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    1. A veces necesitamos de nuestros hijos para rememorar nuestra infancia y valorar lo felices que fuimos en una época en la que no teníamos una sola responsabilidad...

      Gracias por comentar Mayca!

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  5. Ya te lo he dicho muchas veces, pero por post como éste más aún ¡tenemos que imprimir los artículos de tu blog para que Little Ana los lea de mayor!.
    La sonrisa de Ana sobre las atracciones da una energía y una vida increíble. Son grandísimos momentos y soy muy feliz por vivirlos los tres juntos (y de que los valoremos).

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    1. Ole esa mamá!

      Pues nada, tenemos que hacernos un calendario de todas las ferias de la región para ir recorriéndolas una a una... maja, un presupuesto teniendo en cuenta que cuesta 2,50 cada viaje!

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  6. Parejita,nosotros también tenemos la feria muy cerca de casa y no hemos faltado un solo día. Y tengo que decir que ya hemos encontrado un sitio donde se alquilan castillos hinchables para fiestas; ahora solo nos queda ande ponerlo xD
    Propongo crear un evento blogosferico castillo hinchable mediante. Yo creo que con 20 euros por barba nos da para el gigante... ¿Qué decís?

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    1. Jajaja, podríamos proponer que para e 8J monten un mega castillo hinchable en el patio de El Matadero, que no será por espacio... Así podríamos dejar a los hijos escuchando las conferencias y jugar nosotros con el hinchable, juas!

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