lunes, 29 de abril de 2013

Los hijos de hoy no son los que éramos... la merienda.

El blog de 1madreinitaly hablaba hace unos días de la diferencia entre los españoles y los italianos: sus costumbres en el coffee time, el jamón de york, los karaokes...

Según iba leyendo se me iba ocurriendo tomar como punto de partida su post para comparar a little Ana, representando a los niños de hoy en día, con un servidor, representando a los niños que en su día fuimos. Para no perderme demasiado voy a tocar solo un tema que me llama la atención: las meriendas y el jamón de york como elemento introductorio.

A mis 3 o 4 años el papá de la "Muy" merendaba bocadillo de jamón de york. Concretamente se trataba de un tipo de jamón que se compraba al peso en la charcutería del barrio y que generalmente estaba en oferta... ¿conocéis alguna charcutería de barrio hoy en día?. El pan de entonces venía a costar 20 pesetas y cubría al embutido sin contemplaciones, no lo dejaba escapar, era ese tipo de pan recio, sin adornos que te miraba desafiante como diciendo: a ver si tienes huevos de comerme sin que me haga bola. Para completar el show, la merendola (que así lo llamábamos por entonces) venía encima de una bandeja de metal con dos asas a los lados y podía acompañarse de yogur natural sin azúcar o una triste pera. Lo trataba de ingerir mientras veía el único programa de contenido infantil de mi época: Barrio Sésamo... Espinete, Don Pinpón, Chema... aderezados con sketches de Epi, Blas, la vaca Juana, Coco, etc. El objetivo era claro: acabar de merendar antes de que acabe el programa... si no estabas jodido.
Justo al acabar arrancaba una canción: siempre que vuelves a casa me encuentras en la cocina embadurnada en harina... Con las manos en la masa (por cierto, acabo de descubrir que la canción era de un tipo llamado Jacuín que estaba empezando y que se apellidaba Sabina). Lo odiaba porque significaba el fin de la programación infantil hasta el día siguiente.


Hoy la "Muy", los días que tiene mala suerte, tiene sándwich de jamón de york envasado al vacío, con su pan de molde sin corteza, su margarina... debería deslizarse por la garganta, sin embargo, tarda sus 20 minutos de reloj en comérselo (si tenemos la suerte de que se lo termine). Otros días tiene sándwich de Nutella, o zumo de naranja, macedonia, algún helado cae en verano seguro... Mientras merienda tiene tres canales para elegir que emiten 24 horas de programación infantil, también puede elegir otros contenidos en Internet, que a su vez puede ver en el ordenador, en el smartphone, en la tablet...



No puedo negar que en un primer momento he analizado el asunto con una perspectiva negativa, pensando que hoy en día lo tienen todo a un clic de distancia, sin embargo supongo que esto no es necesariamente malo, simplemente está en nosotros, sus papás, poner los límites a nuestros bichos, hacerles entender que la vida no es tan sencilla como nos la venden los tipos de Jelly Jam y que la diversión se obtiene, sobre todo, lejos de la caja tonta (¡ya no se le puede llamar así, demonios!) compartiendo juegos con los amigos...

Y escribiendo esto caes: nuestros padres tuvieron que hacer lo mismo 30 años atrás. Nos hicieron entender que los rombos en la tele tenían un sentido, que aunque tuviéramos muchos juguetes (sí, los teníamos) teníamos que saber compartirlos con los amigos, que el Spectrum era sólo para los fines de semana... En definitiva, cada generación es distinta y tiene que adaptarse a las circunstancias que rodean la educación de sus hijos, de la mejor manera posible, con el objetivo de criar a sus hijos, educarles y que sean felices.

Por cierto, después de ver Salvados, si tus hijos se meten en política, habrás fracasado...casi seguro.

22 comentarios:

  1. jajaja solo de imaginarme ese pan recio me ha venido a la mente cuando casi te sangraban las encías cuando le hincabas el diente a eso. Muy buena reflexión, la vida va está claro que ha cambiado pero los valores en realidad son los mismos. Aunque a veces es difícil pensar así cuando ves a niños de 3 años manejando ipads como informáticos, yo veo más cerca el apocalípsis más que nada jajaj Un saludo y gracias por la mención :)

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    1. Ostras el apocalipsis! Casi me vengo abajo, aunque tienes toda la razón, ver a little Ana manejando la app de Clan da miedo...
      Gracias por pasarte por aquí!

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  2. Jajajaja Eres buenísimo!!! Justamente ahora estaba preparando un post sobre los Furbys. Es increíble que yo alucinara con una muñeca que se hacía pis en cuantito le metías el bibe de agua por la boca... y ahora mi hijo de 5 años vaya a jugar con un robot que desarrolla su propia personalidad, que habla furbish al principio pero luego tu idioma, que se cabrea contigo o se te rebela si no le das de comer (ojo, desde el móvil, a través de una APP que además de servir de catering es capaz de traducir simultáneamente al bicho en cuestión)... O.o

    Pero, en esencia, somos iguales, de una generación a otra. Y el objetivo y los errores son los mismos.

    Y yo también espero que mis hijos sean Jordi Évole.

    Un abrazo!!!

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    1. Ya me has asustado con esconde los Furbys... en serio que hay una aplicación para esos bichos? Esos no eran los mismos que no se podían mojar? Ah no, que esos eran los gremlin, jeje

      Jordi es mucho Jordi, si.

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  3. Ay, las meriendas! La única comida del día que hacía yo como "Dios manda". Eso sí, como dices tú, con una pan recio, de barra, nada de sanwiches. Como mucho, de pequeña-pequeña, un "bambi", que venía a ser una mini-barra de pan, pero más blandita. Con su queso o embutido y a comer a la calle, mientras jugaba con los amigos. Y ¡ay! de tí como se te caiga el bocadillo...
    Y los días en que había nocilla era una fiesta!!!

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    1. Nocilla, es verdad! ¿Recuerdas los bocadillos de tableta de chocolate? Casi prefería los de jamón de york...

      Por cierto, no he hablado de los colines...ahora los veo como un timo, pero en aquel entonces eran lo más, jeje

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  4. Cuanta razón veo por aquí, ese pan era así, cuando tenías suerte no parecía chicle y de vez en cuando se colaba la mortadela de aceitunas pa rematar, puaj. Yo tenía suerte y algún dippas de esos de mojetear en chocolate tenía.
    Si es verdad que nada que ver mi infancia con la de mis padres, en nosotros esta que sepan valorarlo todo, espero q sepamos!
    Besos

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  5. La mortadela de aceitunas era directamente un castigo... ¿a quién se le ocurrió mezclar embutido con olivas? Hay que ser degenerado...jeje

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  6. Recuerdo muy bien el pan con chocolate, y también bocadillos de ejem....bacon (léase mientras me tapo los ojos)No sé como aún no estoy más jamona, será que tambiñen me daban otras cosas aunque yo recuerde estos...
    Me estoy partiendo de risa con la melodía de 'Con las manos en la masa' ¡Dios! Cómo me crispaba los nervios. No podía con ella. Y ahora a puntito de irme a la cama, no me la puedo quitar de la cabeza gracias a tu post ;.)

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    1. Lo mejor es que la melodía era de Sabina! Aunque si escuchas la letra le pega bastante, jeje.

      Bocadillos de bacon? Mi abuela, alcarreña de pro, me los hacía de torreznos. Es quizá el mejor bocata de la historia.

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  7. Pues mi hermano y yo fuimos conejillos de indias en las meriendas. Si a La Muy de nuestra madre le daba por hacer churros con chocolate estábamos un mes a churros, se nos salían por las orejas... luego la época de megabatido vitaminado: plátano, yogur, naranja, manzana... yo creo que si se le cruzaba un gato también lo metía ¡eah, proteínas al canto!. Eso si que eran meriendas.

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    1. Jajaja, lo del gato no tiene precio... A mí mi madre me hizo alguna vez algún batido de esos. Más de una vez me supo más dulzón de lo habitual, ¿alguna fruta en mal estado enmascarada en el batido? Sure.

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  8. Madre mía cuantos recuerdos!!! El pan de esos bocadillos era asesino!

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  9. Me imagino a nuestros abuelos diciendo lo mismo cuando tenían nuestra edad... "el pan de hogaza de mi pueblo si que era asesino y no la barra de pan de ahora que está hecha para blandengues", jeje.

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  10. En nuestra casa, como yo soy el encargado de las merendolas, éstas son un poco duras...
    Eso sí, de lunes a viernes en un banco delante de la guardería (como si no hubiera estado suficiente rato ya...) y su bocadillo con pan del paqui comprado el domingo y congelado para toda la semana. Con pavo o longaniza... y un zumo del hacendado.
    Eso sí, de vez en cuando compartimos una coca-cola y una bolsa de boca-bits. como la mamá no está, nos podemos permitir esas licencias...

    Un abrazo.

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    1. Yo creo que es muy de padres darles a los hijos algún capricho a escondidas y decirles: "ssshhhh, no digas nada a mamá de que te he dado un huevo de chocolate". Lo peor es que seguro que ellas hacen lo mismo y acabamos teniendo niños-bola, jajaja

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  11. síííí, yo también tengo ese recuerdo de que el "siempre que vuelves a casa..." era el final del rato para los niños aunque yo siempre he sido muy de tele y me lo veía igual. yo también me enteré hace relativamente poco de que era de sabina, no lo sabía :)
    a mí no me daban bocadillo de pan desafiante jajaja, yo era más de galletas con mantequilla envueltas en papel albal, estuve años merendando eso. la nocilla ni verla...

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  12. Es verdad, galletas con mantequilla! Se me había pasado por completo, que bueno. Tengo a mi madre indignada con el post, dice que se curraba mucho mis meriendas y que el jamón lo partía en trocitos muy pequeños, jajaja

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    1. jajajaja a saber qué idea de sus meriendas tendrá la "muy" cuando le preguntes dentro de unos años cómo eran...

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  13. Seguro que la "muy" tendrá quejas de lo mucho que la hicimos sufrir, jajaja

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  14. Te recomiendo una charcutería de barrio muy buena, con un jamón de york riquísimo siempre en oferta. Igual te pilla a desmano, pero mi padre te lo agradecerá.
    Además, los carniceros con bigote siempre han tenido buena fama, jeje.
    Le he recomendado que no venda mortadela con aceituna, pero no le convenzo...
    Pan con mantequilla y azúcar, mu rico. Y mantequilla con colacao para hacer Nocilla falsa, mu rico.

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    1. Mantequilla con colacao...no se me ocurre un producto que pegue más contigo Mon.

      Dile a tu padre que traiga carne de caballo que ahora sale barata y riquérrima.

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