8J desde otro punto de vista: Gretzky al aparato

Hola a todos, soy Gretzky, el fantasma polaco que habita en la casa de ese tipo de que hace llamarse "Felizmente atado" y al que Ana y yo llamamos el "Muy". Dado que este individuo tenía una ślub (boda, en mi idioma de origen) en Valladolid, por aquello de no aburrirme, decidí pasarme a dar una vuelta por el evento que organizaban la gente de Madresfera y YoDona: I Encuentro de Mamás y Papás Blogueros en el Matadero de Madrid.

Empezar a haceros preguntas sobre qué hace un ente paranormal como yo en un evento de estas características carece de toda lógica, asi que ahórrate el tiempo que fueras a emplear en ello.

Como ya sabéis algunos de los que os pasáis por este rincón, tengo la habilidad de leer la mente de las personas (sobre todo del "Muy", que al ser tan simple no me supone ningún sobreesfuerzo) y os voy a chivar algunas de las cosas que pude comprender:

- Muchas de las allí presentes estaban preocupadas por el tiempo que fuera a hacer... les preocupaba no sé qué asunto del modelito, de las sandalias ibicencas y del peinado new look que gastaban. A mí me hizo gracia puesto que estaban en una nave bajo techo y por mucho que lloviese no iba a tener consecuencias en todo aquello... debe de ser que las mujeres españolas son parecidas a las mujeres de mi Poznan natal y tienen preocupaciones que a nosotros se nos escapan.

- También me pasé por la mente de los muchachos, que andaban en clara minoría y os puedo confirmar lo que ya se presuponía: tenían más miedo que vergüenza, el nombre del recinto donde se celebraba la reunión les venía al pelo. Me senté al lado de uno que estaba en la última fila y no hacía otra cosa que tratar de pasar desapercibido. Moisés creo que se llamaba... llevaba un bolígrafo Bic como arma arrojadiza y pensé: a éste lo despedazan... pero no, resultó que el muchacho supo defenderse ante esa situación de miedo escénico. A la cena y copeo posterior no se quedó, mucho aguantó el asunto a mi entender...

- En una de esas pisé sin querer un cable que estropeó no se qué del streaming y se armó un revuelo importante porque había gente en casa que estaba atenta al evento. Me hizo gracia y decidí pisarlo un par de veces más repitiéndose la escenita... el informático allí presente se preguntaba qué demonios hacía allí un sábado desde tan temprano. Eso te pasa por juntarte con mamás blogueras le susurré al oído... teníais que ver el brinco que pegó el muchacho.

- También estaba una chica que no era de por aquí, tenía acento mexicano con ligeros toques leoneses... estaba cagadita la pobre. Debe de ser que por venir de un país distinto, como yo, sentí un poco de compasión. No sabía la zagala que tenía a medio auditorio deseando que interviniese y que por mal que lo hiciera iban a aplaudirla a rabiar. Finalmente lo hizo muy bien, como se pudo comprobar por twitter poco después. 
Había otra chica con mucho miedo... una tal Desblogger, que resultó llamarse Isa. Yo le leía el pensamiento y no paraba de pensar en cómo iba a hacer para mantener el espíritu crítico de su blog, cuando en realidad era buena persona. Isa, hija mía, eso es como el agua y el aceite, incompatible del todo. Lo suyo era haber pasado inadvertida, pero claro lo queremos todo... interactuar y esas cosas. El caso es que a mí el sexo femenino, cuando tiene incertidumbres personales me provoca ternura... y eso que en mi otra vida estuve casado hasta en tres ocasiones: primero con una costurera de Poznan que falleció atropellada por un tranvía, poco después repetí nupcias con una chica remaja de Kraków que me abandonó por no dar la talla en el catre (por más que le dijera yo que eso de dar la talla en la cama era algo muy subjetivo) y por último emparenté con la dueña de una tienda de ultramarinos de mi barrio que fue la que me hizo feliz hasta mi muerte.

- Y acabaré hablando del vino... no se qué extraña fascinación provoca esta bebida en el "graderío", pero a media tarde ya estaba todo el personal deseando interactuar alrededor de un vaso de zumo de uva fermentada. Allí se repartiron abrazos, tarjetas, regalos, galletas... ¿galletas? Sí, con su logotipo y esas cosas que sigo sin acabar de comprender. Debe de ser que, al no tener necesidad de relacionarme con otras personas, no alcanzo a entender todo este embrollo.

A última hora de la tarde me pasé por Pucela, a ver qué hacían el "Muy" y señora... bailaban, sí, lo que oís, el "Muy" estaba bailando y yo regresé a casa con el estómago revuelto.