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viernes, 22 de abril de 2016

Cierra los ojos



Hola a todos, soy Dani y tengo 2 años. Bueno casi, que los cumplo el 24 de Abril, pero mental y físicamente soy un niño privilegiado.

Os escribo porque desde ayer he puesto en práctica un experimento sociológico a la hora de irme a dormir. Mi curva de actividad toma su máxima expresión a eso de las 21:15 de la noche, es cuando más ganas tengo de seguir aprendiendo, cuando siento más curiosidad por el entorno que me rodea, cuando doy el 100% en lo que a comunicación verbal se refiere... sin embargo mis padres han cogido la rutina de llevarme a dormir a la cama. No hay manera, por mucho que me quejase, patalease y lanzase mordiscos al aire, su postura era inflexible: es hora irse al sobre.

A mi hermana ya la han lobotomizado el cerebro y no pone pegas a eso de irse a acostar, pobrecilla, ha sido aborregada por un sistema dictatorial y paternalista sin oposición.

Sin embargo, ayer puse en marcha una nueva forma de conducta tratando de rebelarme contra el sistema: consiste en cerrar los ojos al 95% dejando una finísima línea de visión y forzar una sonrisa grotesca. No os lo vais a creer, ¡conseguí prolongar mi estancia en el mundo de la vigilia durante más de 15 minutos! Yo creo que si lo perfecciono un poco más me tiro toda la noche sin dormir, ¡a lo murciélago!.



Empiezo a pensar que cuando me pongo así me vuelvo invisible y por eso mis padres no me mandan a la cama. Sólo tiene un problema: para poner esa cara de estreñido consumo un alto poder energético y me entran ganas de hacer caca. Y como se me escape un pedete pierdo la concentración, me río y vuelvo a ser visible.

Si alguno de vosotros tiene un sistema infalible para evitar ir a la cama que me lo indiquen en los comentarios, que mis padres no los leen y yo voy a estar pendiente.

Un beso con babas, el niño Tractor.

domingo, 13 de marzo de 2016

Mi relación con papá


Hola a todos, soy Dani y voy a cumplir 2 años dentro de poco. Soy el niño que papá ha bautizado como "Niño Tractor" porque dice que soy muy bruto y que cuando hablo parezco sacado de la Segovia más profunda y rural... ya quisiera el Muy que la clase le alcanzara para ser de la Segovia profunda y rural, pero claro, a uno le da hasta donde le da.

El Muy tiene celos porque quiero más a mamá y a la Tata que a él y no comprende que lo muestre cada día sin ningún pudor. A mi el disimule es una cosa que sólo me gusta practicar cuando me pillan arrojando tesoros al water, para el resto de cosas prefiero mostrarme tal y como soy.

Papá se cree que cuando era pequeño no me daba cuenta de las cosas, pero desde que tengo un año soy un niño adelantado a mi tiempo y observaba con incredulidad que el Muy me faltaba al respeto. Cuando tenía 1 año me encantaban tres cosas en la vida: el carro de la compra de juguete de la Tata, la papilla de leche, colacao y galletas y expulsar mocos verdes de manera espontanea. Cuando se juntaban mis tres aficiones yo era un muchacho feliz y vagaba por la casa de un lado para otro recogiendo tesoros que guardaba en el carro para luego esconderlos en el water. Eh! y lo hacía sin esconderme de nadie, que a mi no me gusta que me critiquen por ir de tapadillo... yo pasaba por la cocina y saludaba con un HOLAAAA a todo aquel que quisiese recibir mi saludo. Pues no os vais a creer cómo me llamaba mi papá durante esa larga temporada de mi vida: "el Sin Techo", tomaaaa, tomaaa liada, ¡que mi padre es tonto!. Se reía y decía que parecía un mendigo loco y borracho yendo pasillo arriba y pasillo abajo con la cara llena de mocos, manchas de colacao en los mofletes y restos de galletas por el pijama.



Eso sí, a papá también le quiero, un poco menos que a las chicas de la casa y que a Gretzky, pero el Muy tiene sus ratos en que se deja querer... sobre todo cuando me enseña a hacer el grito de Cristiano Ronaldo, a hacer el ritual de la Haka neocelandesa o cuando jugamos a que le piso todo el cuerpo y le golpeo con rotundidad hasta hundirle el pecho. Ahí mi papá mola porque es el único que hace conmigo el payaso hasta niveles extremos y deja que lo humille sin compasión.

Y es que a mi papá le quiero un trillón pero no se lo digo para que siga comprando mi amor a base a fantochadas con las que me hace feliz.