No les puedo dejar solos...

Hola a todos, soy Gretzky, el ente paranormal de origen polaco que habita en la casa de Little Ana (más concretamente en el pasillo).

Ayer por la mañana nos fuimos de paseo el "Muy", little Ana y un servidor. A mí realmente no me invitaron, pero estar muerto tiene sus ventajas: no tengo que pedir permiso a nadie, total, no pueden verme... sólo la pequeña es capaz de visionarme y entablar una conversación decente conmigo.

- Oye Little, ¿te parece si voy con vosotros de paseo?

- Vale, pero vamos a ir a unos toboganes para niños mayores... los viejos no pueden subir.

- Bueno, no te preocupes, si es solo por vigilar a tu padre y ya de paso que me dé el aire.

- ¿Me abrochas la chaqueta?

- Eso que te lo haga tu papá, que como vea que la chaqueta se abrocha sola se va a la Clínica López Ibor en taxi..., recuerda que no puede verme.

Entre nosotros, creo que el "Muy" midió mal... salió de casa con la idea de darse un paseíto y acabó caminando durante media hora larga y sudando como un malec süca (perrete chico).

Qué suerte tiene la chiquillería de Madrid, en mi Poznan natal sólo teníamos un tobogán oxidado al que le faltaban dos escalones para subir... mi colega Marek cogió el tétanos por chupar la barandilla.

Quería sentarme en uno de los bancos que hay enfrente del área recreativa, pero estaban ocupados. Observé con detenimiento las personas que estaban allí sentadas y pude comprobar que había un papá que no estaba pendiente de su hijo (por más que el niño se lo pidiese). Eso está fatal, así que en un acto reflejo le soplé en la oreja y la nuca... los largos pelos de su espalda se erizaron y se levantó del banco de un brinco. Ya tenía sitio.

El caso es que a Little le encantan las actividades de riesgo y estaba dispuesta a subirse al tobogán de más altura y con mayor pendiente. Menos mal que el "Muy" tuvo la habilidad de tirarse con ella las dos primeras veces... y digo las dos primeras porque a la tercera Little decidió lanzarse sin esperar al "Muy", que se quedó como un pasmao asomado a la bocana del tobogán.

Cuando por fin se decidió a tirarse, ya estaba Little rebozada en las piedrecitas que hay en la "zona de recogida". La verdad es que Ana es una jabata, estaba riéndose del trompazo que se había pegado y no vi necesario intervenir. Pero el problema vino después, hubo un cuarto intento donde Little se la volvió a jugar al pelele de su papá: se lanzó de nuevo antes de que se diese cuenta, con tan mala fortuna que cuando salió despedida del tobogán se golpeó con la barbilla en la superficie metálica de la rampa... cuando el petimetre llegó a ver a Little, una mamá le reprochó que era muy pequeña para ese tobogán.

El bobo estaba abochornado aunque no escuchaba los reproches, sólo consolaba a little Ana que daba sus últimos coletazos de llanto.

- Ana, ¿estás bien?

- Sí Gremli, me he hecho pupa en la barbilla.

- Ese tobogán no es para ti, es para mayores, tu tírate por el de pequeños, ¿vale?

- Vale Gremli, ¿me perdonas?

-No tengo nada que perdonarte, eres muy valiente Little.

- Tu también Gre...